La transformación cultural se logra con personas. Todos sabemos que las personas son el principal capital de cualquier organización, por lo que es lógico que si mejoramos la calidad de vida, impactamos positivamente la productividad de nuestros empleados, y como resultados mejoraremos la empresa en su conjunto. Los equipos motivados e inspirados logran poner en valor el aporte que realizan las personas, claridad del propósito, dar posibilidades de crecimiento, autonomía, empoderamiento y desafíos retadores, entre otros.